NOTICIAS DE ASTRONOMÍA {1}

Actualizado a 10/11/2012

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La fragmentación de un cometa en estas semanas

El cometa Hergenrother (168P/Hergenrother), que actualmente está atravesando la zona interior de nuestro sistema solar y que en semanas pasadas ha emitido impresionantes erupciones de material cometario, se está ahora partiendo en trozos, literalmente.
Usando el Telescopio Gemini Norte, del Observatorio Nacional estadounidense de Astronomía Óptica (NOAO por sus siglas en inglés), en la cima del Mauna Kea, Hawái, el equipo de Rachel Stevenson, del Laboratorio de Propulsión a Chorro de la NASA en Pasadena, California, ha verificado que el núcleo del cometa se ha separado en al menos cuatro bloques distintos, lo que a su vez ha provocado un notable incremento de materia polvorienta en su cabellera o coma.
Con más material para reflejar los rayos del Sol, la cabellera del cometa se ha vuelto mucho más brillante.
El proceso de fragmentación del cometa fue detectado por vez primera el 26 de octubre pasado por un equipo de astrónomos del Observatorio de Remanzacco en Italia, quienes se valieron del telescopio FTN (Faulkes Telescope North) en Haleakala, Hawái. El primer bloque desprendido en ser visto fue captado también desde el Observatorio Nacional estadounidense de Kitt Peak en Arizona.

El cometa 168P-Hergenrother, el 2 de noviembre. (Foto: NASA/JPL-Caltech/Gemini)

El cometa Hergenrother es visible, mediante un telescopio grande y con un cielo muy oscuro, entre las constelaciones de Andrómeda y Lacerta (Lagarto). La órbita del cometa se conoce con gran precisión. Ni el cometa ni ninguno de sus fragmentos representan una amenaza de colisión para la Tierra.

Planeta que gira en torno a dos estrellas en un sistema estelar de cuatro soles

Hace unos días se anunció el descubrimiento de un insólito caso de planeta que está en órbita alrededor de dos estrellas en un sistema estelar de cuatro soles. El hallazgo pone en tela de juicio los límites atribuidos hasta ahora al escenario apto para la formación y evolución de planetas en órbita a una estrella.

En primer plano, el planeta PH1. Más lejos, la pareja de soles en torno a la cual gira este llamativo mundo. La imagen es una recreación artística de Haven Giguere / Yale University

Sólo se sabe de seis casos de un planeta en órbita alrededor de dos estrellas, y en ninguno de esos casos hay soles distantes en órbita al sistema. El caso ahora encontrado es el primero de su tipo.
El espectacular descubrimiento se ha hecho gracias a un proyecto, vía internet, de ciencia ciudadana (investigaciones científicas realizadas con la ayuda de voluntarios sin preparación técnica), dedicado a analizar los datos reunidos por la misión Kepler de la NASA. Este telescopio espacial ha estado buscando exoplanetas (planetas ubicados fuera de nuestro sistema solar) desde su lanzamiento al espacio en Marzo de 2009.
El proyecto, llamado Planet Hunters (Cazadores de Planetas), cuya web es www.planethunters.org, está abierto a la participación de cualquiera que lo desee. Usuarios de internet de todo el mundo pueden ayudar a los astrónomos profesionales en su búsqueda de planetas similares a la Tierra.
Entre los impulsores del proyecto figuran los astrónomos Kevin Schawinski, Debra Fischer y Meg Schwamb, de la Universidad de Yale, en New Haven, Connecticut, Estados Unidos.
Planet Hunters se creó hace apenas dos años, y ya cuenta con muchos miles de voluntarios, que hacen un trabajo encomiable. Debido a la gran cantidad de datos que ahora están disponibles gracias a la misión Kepler, los astrónomos se ven obligados a recurrir a los ordenadores para que éstos les ayuden a ordenar los datos y a identificar posibles planetas. Pero los ordenadores sólo son buenos para encontrar las cosas específicas que se les enseña a buscar, mientras que el cerebro humano tiene la capacidad de reconocer patrones inesperados, e inmediatamente detectar lo que es extraño o único, mucho mejor de lo que se les podría enseñar a hacer a las máquinas.

Descubren en los confines del universo uno de los agujeros negros con mayor masa

Se ha descubierto una población de enormes agujeros negros supermasivos en el cosmos distante, y por tanto también en un pasado remoto, teniendo en cuenta que, debido a lo que tarda la luz en viajar hasta nosotros, todo lo que observan los astrónomos data de tantos años atrás como años-luz diste de la Tierra.
Esos agujeros negros, experimentando un rápido crecimiento, no fueron detectados anteriormente porque están envueltos por gruesas capas de polvo. El nuevo estudio, realizado por científicos de la Universidad de Cambridge en el Reino Unido, ha demostrado sin embargo que esos agujeros negros emiten grandes cantidades de radiación a través de interacciones muy violentas con las galaxias que los albergan.
El objeto más espectacular en el estudio es un agujero negro supermasivo denominado ULASJ1234 + 0907. Este objeto, ubicado en dirección a la constelación de Virgo, está tan lejos, que la luz emitida en su entorno inmediato ha tardado 11.000 millones de años en llegar a nosotros, por lo que vemos ese punto del cosmos tal como era hace 11.000 millones de años, en una etapa muy arcaica del universo. El enorme agujero negro tiene más de 10.000 millones de veces la masa del Sol y más de 10.000 veces la masa del agujero negro supermasivo de nuestra galaxia la Vía Láctea. Esto sitúa a ULASJ1234 + 0907 como uno de los agujeros negros más masivos de los que se tenga conocimiento.

Imagen en el infrarrojo de ULASJ1234+0907. (Foto: UKIDSS/Wide-field Infrared Survey Explorer (WISE))

Aunque estos agujeros negros han sido estudiados durante algún tiempo, los nuevos resultados obtenidos por el equipo de Manda Banerji y Richard McMahon indican que algunos de los de mayor masa pueden haber permanecido indetectados. Algunos de los agujeros negros observados en la nueva investigación engullen el equivalente a varios cientos de estrellas como nuestro Sol cada año.
Actualmente se considera que en el centro de casi toda galaxia hay un agujero negro supermasivo. Se cree que en las galaxias más masivas del universo esos agujeros negros pueden crecer en masa como resultado de colisiones violentas entre su galaxia y otras, lo que desencadena la formación de estrellas y proporciona "alimento extra" que esos agujeros negros pueden devorar. Estas colisiones violentas también producen polvo dentro de las galaxias, el cual forma una envoltura que, a modo de cortina, oculta durante algún tiempo lo que sucede en la región ocupada por el agujero negro, dificultando así su detección.


Completada la salida extravehicular americana número 20

Los astronautas Suni Williams y Aki Hoshide efectuaron el 1 de noviembre una salida extravehicular (EVA) desde el segmento estadounidense de la estación espacial internacional para llevar a cabo una reparación en el sistema de refrigeración. La EVA americana número 20 se inició a las 12:23 UTC, con la despresurización del módulo Quest, y la apertura de la escotilla exterior 5 minutos después.
El sistema de refrigeración por amoníaco afectado se halla en una zona de distribución de energía eléctrica, en el segmento P6 (Canal 2B). Sirve para eliminar el calor generado por la producción eléctrica de los enormes paneles solares y es independiente del sistema de refrigeración general de la estación. Emplea un radiador, por cuyo interior circula el fluido de amoníaco. En el año 2006 los ingenieros descubrieron en este circuito una pequeña fuga, que precisó en 2011 de un rellenado del circuito. Según las estimaciones, esta operación no debería haberse repetido hasta 2015, pero en junio de este año se detectó que la fuga había aumentado, amenazando con vaciar el circuito a finales de 2012. La NASA decidió entonces efectuar una salida espacial no prevista para reconocer la zona y aislar el circuito sospechoso, desplegando al mismo tiempo un viejo radiador que ya no se utilizaba desde 2007, lo que daría tiempo a los ingenieros a revisar el sistema primario sin interrumpir el servicio. Sunita y Aki eran los más indicados para ello, así que recibieron las instrucciones necesarias para preparar la excursión.


(Foto: NASA TV)

Una vez en el exterior, los dos astronautas se dirigieron al segmento P6, y allí retiraron una cubierta para acceder a las válvulas que permitirían cerrar el flujo de amoníaco del circuito afectado. Después, se reconectó el sistema de refrigeración del canal 2B al otro radiador, que se desplegaría sin problemas por orden de tierra.


Antes de regresar al módulo Quest, revisaron la articulación SARJ de aquella zona (la que hace girar los paneles solares para seguir el movimiento del Sol), y fotografiaron los equipos. La EVA concluyó con la entrada en el Quest, con una duración de 6 horas y 38 minutos.

El mayor cúmulo de estrellas de nuestra galaxia


Astrónomos europeos han descubierto el conglomerado de estrellas más grande del que se tenga conocimiento en la Vía Láctea.
El supercúmulo estelar, conocido como "Westerlund 1", está constituido por alrededor de doscientas mil estrellas, algunas hasta un millón de veces más luminosas que el Sol, y se encuentra mil veces más cerca que cualquier otro descubierto hasta ahora.
Se estima que Westerlund 1 es muy joven, con una edad de tan sólo entre 4 ó 5 millones de años, y que contiene miles de estrellas gigantes, algunas entre 30 y 40 veces más pesadas que el Sol.


El cúmulo ha estado oculto detrás de una gran nube interestelar de gas y polvo en la Vía Láctea, que bloqueaba la mayor parte de su luz visible, y se descubrió usando los telescopios del Observatorio Europeo del Sur.
Ahora, el equipo de astrónomos de las universidades de Cardiff, College London, Sheffield, Amsterdam, Alicante, y el Dominion Radio Astrophysical Observatory serán capaces de estudiar la estructura en profundidad, a fin de comprender mejor los detalles de la formación de estrellas.
La comunidad científica está sorprendida por el hallazgo. Y no sólo por el inmenso tamaño del cúmulo, sino también por su cercanía. Todos los demás supercúmulos se encuentran a muchos millones de años-luz de la Tierra, pero Westerlund 1 está en nuestro vecindario cósmico.
Puesto que el cúmulo contiene tantas estrellas masivas, se estima que en un espacio de tiempo de menos de 40 millones de años, será escenario de más de 1.500 supernovas. Westerlund 1 proporciona ahora a los astrónomos uno de los entornos más extremos en el Universo para poder profundizar un poco más en la vieja cuestión de cómo se forman las estrellas masivas.

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